Con la llegada del invierno y el frío, Binéfar recupera una de sus celebraciones más tradicionales: las Fiestas de Invierno en honor a San Quílez, patrón local junto al Santo Cristo de los Milagros.
Aunque el templo parroquial de la localidad está dedicado a San Pedro Apóstol, es San Quílez, mártir de Tarso del siglo III, quien da nombre a estas fiestas profundamente enraizadas en la identidad binefarense.
Antiguamente, los mozos organizaban recogidas de leña para encender una gran hoguera simbólica frente a la iglesia, como ritual de purificación en el que también se quemaban objetos viejos. Las celebraciones podían extenderse hasta siete días, desde Nochevieja hasta Reyes, con bailes populares y una intensa vida social.
Aunque durante un tiempo esta tradición fue desplazada a la Semana Santa sin gran acogida, en las últimas décadas el municipio ha retomado el espíritu festivo de estas fechas. Actualmente, las Fiestas de Invierno combinan reencuentros familiares, celebraciones populares y actos culturales, comenzando con el tradicional cotillón de Nochevieja en el Recinto Ferial, donde vecinos y visitantes despiden el año comiendo las doce uvas al compás del campanario de la iglesia.
Durante los días posteriores, el programa incluye muestras de folclore, actividades musicales, culturales y deportivas, culminando en la jornada del 6 de enero con la esperada llegada de los Reyes Magos, que participan en un colorido desfile de carrozas fruto de la colaboración entre el Ayuntamiento y las peñas locales.
El acto central tiene lugar por la tarde, con la procesión de San Quílez, una misa solemne y la encendida de la tradicional hoguera en la Plaza de la Litera, donde vecinos de todas las edades disfrutan de una merienda-cena popular, juegos infantiles y animación para los más pequeños, haciendo de esta cita invernal un momento entrañable y festivo en la vida de Binéfar.